
Edmundo Sáez Peña
Encerrado
Una jaula de cristal. Eso es nuestra vida. No nos damos cuenta, pero estamos en ella. Constreñidos por todo tipo de limitaciones, la mayoría autoimpuestas. Pero a veces despertamos y nos hacemos conscientes de dichas limitaciones, y es entonces cuando nos sentimos encerrados, cuando las ganas de salir corriendo nos pueden, solo para darnos cuenta de que, en la mayor parte de las ocasiones, no hay salida: somos presos de nuestra propia vida. Y es entonces cuando viene la desesperación y la desolación.
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